NO NOS CONOCEN
Desde pequeña me acostumbré a escuchar de mis mayores decir que en el mundo a Uruguay se le conocía por el fútbol.
Ahora me he dado cuenta que en este siglo XXI, solo los uruguayos recordamos estoicamente, desde hace más de cincuenta años, la gesta de Maracaná.
No nos conocen. O nos conocen tan poco que nos perdemos en un continente inmenso que se extiende desde los hielos árticos hasta la majestuosidad de la Antártida. Demasiado grande para que los europeos capten "al dedillo" las distancias entre nuestros países. Solo atravesar Brasil nos requiere a los uruguayos un trayecto mayor que llegar desde aquí a Rusia.
Posiblemente los compatriotas que viven en otras latitudes tengan otras. Yo vivo en Almería, una de las ocho provincias en que se divide Andalucía. No somos muchos los uruguayos que habitamos esta parte de España.
Lo cierto es que no paso desapercibida. Solo abrir la boca y surge la pregunta: "¿Eres argentina?". Y yo, que siempre había creído que nuestro hablar se distinguía claramente del tono porteño no puedo menos que pensar que después de todo, nuestra "ye" nos hace más difícil la total emancipación de la Banda Oriental.
Hace pocos días me encontré con un compatriota que vive en España desde hace veinte años. Es un vendedor ambulante, y no crean que lo digo en tono despectivo, ¡para nada!, si la venta de los chirimbolos que él mismo fabrica con alambre y algo de plástico le reporta lo suficiente como para volver, cada dos años, a visitar a su familia y a sus amigos en el Uruguay.
Pero no es de su trabajo de lo que voy a hablar, sinó de su mimetización con los porteños. No digo con los argentinos porque todos sabemos que en cada provincia tienen "su cantito" particular y muy diferente, el de unos con los otros.
Termo y mate bajo el brazo identifica a los uruguayos en todo el mundo. Cuando lo vi estaba segura de que ese era el "yoruga" del que me habían hablado, por eso, siguiendo lo que se hace una tradición obligada entre quienes estamos fuera del país, fui a saludarlo.
Y quedé más perdida que "perro en cancha de bochas". Si hubiera estado en un concurso de preguntas y respuestas quedo eliminada porque después del "hola gurisa" hubiera asegurado que esa persona era uno de nuestros vecinos del otro lado del Plata.
La equivocación duró poco; o quizás se hacía cada vez mayor, porque la aclaración de que muchos de sus amigos son argentinos no me resultó, ni entonces ni ahora, razón suficiente para esa porteñización tan descarada, salvo que ex profeso, se quiera pasar al bando de los que sí son conocidos.
Porque a la Argentina se la conoce, y se la quiere mucho en España. No digo que a nosotros no nos quieran, más bien que pasamos desapercibidos; es que los españoles no olvidan los barcos cargados de trigo que Perón envió durante el gobierno de Franco para paliar el sufrimiento de un país entonces hambriento y pobre.
Pero salvo respecto a nuestros vecinos, conocer el sur de América no parece ser ni de necesidad ni de interés. La generalidad de los españoles cuando se refieren a América lo hacen ubicando -y quizás por deformación histórica ya que Colón no pasó de allí cuando nos descubrió-- los países de las Antillas, suelen tener una vaga idea del istmo de América Central, conocen algo más sobre México y cuando bajan hacia el sur parecen detenerse en Colombia y Perú, quizás porque las colonias de emigrantes colombianos y peruanos son muy numerosas.
La prensa ha hecho que sean conocidos como noticia periodística el Chile de Pinochet y la Venezuela de Chavez, eso sí, sin apurar a nadie a ubicarlos en el mapa.
¿Y nosotros?
Creo que es una suerte que casi nos desconozcan. Quiere decir que no estamos tan mal como esos otros países y la cobertura de un día, que se dio "a la metida de pata" de Batlle cuando dijo verdades que no debía haber dicho, sobre algunos gobernantes argentinos, no fue suficiente como para catapultarnos a la fama.
"Soy uruguaya" y las respuestas suelen ser "tengo una vecina de… como es… de Ecuador"; "la chica que trabaja en casa es peruana"; "conozco a una ecuatoriana"; "¿Uruguay, tiene algo que ver con Paraguay?"…, los ejemplos podrían seguir.
Para colmo de males, los uruguayos tenemos el defecto de no conocer nuestra América. Porque lo cierto es que en la escuela y luego en el liceo estudiamos sobre Argentina, Brasil, Chile, nos inmiscuimos un poco con el sur oeste de Paraguay y dimos un gran salto hasta México. Con los demás países hicimos un gran paquete que digerimos como un todo y cuando nos hablaron de las Antillas fue para dividirlas en grandes y pequeñas y, aprovechando que algunas eran mayores, enterarnos que una isla se dividía en dos países, que la isla más grande era Cuba, de la que luego habríamos de oir mucho más, pero por otros motivos que no son los geográficos.
Pues bien, desde que estoy en España he oído hablar más de Cuba y la República Dominicana que en todos mis años en Uruguay. Y he visto tantos documentales sobre Bolivia, Perú, Colombia y El Salvador, que aclaro, se ubica en América Central, que tengo el corazón encogido de ver tanta "pobreza" presentada en llamados solidarios.
¿Pero de qué comencé yo a escribir?..., ¿De que nos conocen muy poco?..., ¿o de que nosotros, uruguayos, conocemos muy poco a los países americanos?
3 comentarios
la autora -
eugenio otaño -
Daniel -
Argentina y Uruguay eramos una UNIDAD.
Y todavía hoy se filtra esto por otros canales por ejemplo el cultural, entre muchos otros.
Por eso cuando escucho que Uruguay quiere rivalizar con Argentina me rio porque es como el perro que se muerde la cola.
bueno muchas gracias por leerme
Daniel de Bs As.
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