MI MALETA
Allá lejos preparé mi maleta,
cuando supe que ya no volvería.
La llené de ilusiones
y en el fondo guardé mi patria;
el color de su cielo
en un retazo de tela
y el corazón de su gente
en los ojos de mis amigos.
Encerré olas salobres
y jilgueros de plumas suaves,
sabores a torta frita
y olores a choripán
y a un loro parlanchín
le enseñé a decir: ‘ché, vó, ¿tá?’
y a tararear el pericón.
Oteé el horizonte,
línea verde de coronillas y sarandíes,
para atrapar en un murmullo
el canto de los ríos
y la soledad de las sierras
y en un alarde de sapiencia
escribí en párrafos de viento
el relato de mil recuerdos,
tan efímero fue el registro
como lejos hoy están.
De aquella maleta saqué un cofre,
venía repleto de todo
pero llegó vacío de nada
y hoy desborda de reminiscencias
que pugnan por renacer.
La maleta está cerrada,
los recuerdos escondidos
en los rincones de una nueva casa
en pugna con los que serán mañana,
recuerdos de una casa vieja.
¿Qué pondré en mi maleta
cuando vuelva a partir?
¿Cómo fundiré dos patrias,
dos historias, más amigos,
para que quepan en mi maleta?
Graciela Vera
Ilustración: ‘Maletas’ de J. Enrique González
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